Y esa maldita ola arrancó la tierra templada
Resignando silencios rotos abnegados
Vaciando lágrimas cegadas en ese limbo nublado
Cediendo cuerpos al desalmado y tirano légamo
Depilando ojos serenos jamás ya calmados
Escondiendo moradas perpetuamente recordadas
Que nunca lograrán ser igualadas
Cortando corazones a bastonazo impune
Desgarrando pasos ilusionados
De ellos que subsisten
De ellos que no existen
Que eternamente serán recordados…
Lunaria
No hay comentarios:
Publicar un comentario